- Rentabilidad puede bajar sin afectar operaciones ni seguridad energética de Costa Rica.
Recope se opone al aumento planteado por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) en el estudio ordinario de oficio y, en su lugar, pide aplicar una rebaja en el precio de los combustibles más consumidos en el país.
Este lunes 17 de noviembre se desarrolla la audiencia pública para discutir el estudio ordinario de oficio y, de acuerdo con datos y cálculos de Recope, no se requiere un incremento en su margen de operación, ya que gracias a diversas eficiencias alcanzadas durante el último año, existen criterios técnicos suficientes para justificar una reducción.
El análisis preliminar divulgado por Aresep propuso incrementar el margen de operación; sin embargo, Recope sostiene que su información financiera más reciente muestra un escenario distinto: Una operación más eficiente y proyectos de inversión en marcha, con costos optimizados y sin necesidad de trasladar aumentos a los consumidores.
Los grandes componentes que se revisan en un estudio ordinario son los costos de operación, mantenimiento y administración del Sistema Nacional de Combustibles y el rendimiento sobre la base tarifaria. Aresep calculó que Recope requiere ₡161.000 millones para cubrir esos costos; sin embargo, los estudios de Recope muestran que lo realmente requerido son ₡135.000 millones, suficientes para cubrir las necesidades. La diferencia –cerca de ₡26.000 millones– no debería cargarse a las personas consumidoras.
“Nuestras proyecciones indican que, ajustando el margen de operación y el rendimiento solicitado, el efecto es una disminución cercana a un 20% en esos componentes, sin comprometer el abastecimiento ni los proyectos de inversión que ya están en marcha y dentro de presupuesto”, aseguró Karla Montero, presidenta de Recope.
¿Por qué Recope considera que no es necesario un incremento?
Reducir la tasa de rentabilidad es necesario por cinco razones principales:
- Para evitar que el consumidor absorba el impacto económico internacional: El aumento global en tasas de interés, provocado por la inflación posterior a la pandemia, la invasión a Ucrania y la crisis logística, elevó los indicadores que usa la Intendencia de Energía para definir el rendimiento de Recope. Ajustar esa rentabilidad a la baja, permite mitigar el impacto sobre el bolsillo de los usuarios.
- Recope amortizó la deuda y ya maduraron las emisiones de bonos: Recope ejecutó un programa de pago de obligaciones financieras, incluidas emisiones, que permitieron ampliar la capacidad de almacenamiento. Con una carga financiera menor, no es necesario reconocer una rentabilidad tan alta como la planteada por el regulador.
- Para que la gente no pague por activos que aún no están funcionando: Debido a la regla fiscal aplicada en 2022 y 2023, varios proyectos no han podido entrar en operación. Por ello, la empresa considera injustificado que el consumidor pague por el rendimiento de inversiones que todavía no están incorporadas al sistema.
- Porque la necesidad real de capital es menor a la estimada inicialmente: Al revisar el estado actual de los proyectos en preinversión, Recope determinó que el capital requerido para el próximo periodo es inferior al calculado en teoría, por lo que la rentabilidad debe ajustarse en la misma proporción.
- Para reconocer eficiencia en la generación interna de recursos: Recope pide reducir el Rendimiento Sobre Base Tarifaria (RSBT) para reflejar los ahorros logrados al financiar internamente parte de sus inversiones. Esa eficiencia disminuye costos y riesgos que, de lo contrario, terminarían trasladándose al precio final de los combustibles.
Bajo estos argumentos, es que Recope pide a la Aresep revisar su propuesta y aplicar un ajuste que reduzca y no aumente el precio de los combustibles. La empresa considera que un cálculo más realista de la rentabilidad permitiría proteger a las familias y sectores productivos sin comprometer la estabilidad del abastecimiento nacional.