- Por ahora no hay alternativas al fracking ni al petróleo ruso
Las miradas están puestas sobre el precio del barril de petróleo, pero no es el único que ha subido, los refinados también mantienen una tendencia al alza y muy pocos se fijan en la escasez de diésel y sus derivados, como el gasóleo de calefacción y el keroseno; si no se pueden compensar las importaciones rusas de estos productos, el racionamiento podría darse en poco tiempo, de acuerdo con los analistas.
«Europa importa cerca de la mitad de su gasóleo de Rusia y la otra mitad de Oriente Medio», explicó Russell Hardy jefe del comerciante de petróleo suizo Vitol. «Ese déficit sistémico de gasóleo está ahí».
Afirma que la demanda es tan alta y la oferta tan baja que los precios llegan a ya niveles desorbitados y aún estos países no visualizan cómo solucionarlo.
“De todos los derivados del petróleo, el gasóleo es el que más puede hacer descarrilar nuestra economía por su hegemonía en el transporte (movilidad y mercancías) y la calefacción”, recuerda Laurent Orvath, experto en economía de las energías.
La delicada situación de abastecimiento del diésel no está asociada únicamente a la guerra en Ucrania. Las tensiones ya existían antes de la invasión rusa, por la fuerte baja de inventarios en China, Estados Unidos y Europa, como consecuencia de la aceleración de la economía, tras dos años de pandemia. Tanto es así que a finales de 2021, China introdujo un racionamiento para los camiones, con un límite de 100 litros al día.
Las reservas estadounidenses de gasóleo están en su nivel más bajo de los últimos 14 años. Europa, por su parte, con la guerra en Ucrania, se ha quedado con la mitad del gasóleo que compraba. De los 1,4 millones de barriles diarios de gasóleo importados por la Unión Europea en 2019, la mitad, es decir, 685.000 barriles, procedían de Rusia, otra parte llega de las refinerías de Arabia Saudí (285.000 barriles).
Un detalle importante es que las refinerías europeas se enfrentan a otro problema y es la dificultad de producir gasóleo debido al aumento de los precios del gas. Hay que saber que el gas se utiliza para generar el hidrógeno, que es la base energética para eliminar el azufre del gasóleo. Hace dos años el MWh de gas costaba 20 euros, hoy no baja de los 100 euros y ha tenido picos de hasta 300 euros el MWh, por lo que no parece económicamente viable.
La alternativa es importar petróleo con menos azufre, según Orvath; sin embargo los posibles proveedores son Angola y Nigeria, pero no están en capacidad de aumentar sus extracciones y el resto de países productores, incluido Irán, venden un petróleo con alto contenido en azufre.
Estados Unidos y Canadá producen petróleo de esquisto, obtenido por fracking. Pero si bien sirve para fabricar plásticos, por ejemplo, no es apto para el gasóleo.
Si nada cambia, algunos países europeos podrían tener que restringir las ventas de diésel y gasóleo para conservar el suministro y los precios mantendrán la tendencia alcista.
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