- Nueva infraestructura permite supervisión en tiempo real con 578 cámaras, drones y un centro de comando de crisis.
Recope puso en marcha una sala de monitoreo de última generación que le permite supervisar en tiempo real las terminales, líneas marinas y puntos estratégicos de su red de infraestructura, con el objetivo de reforzar la seguridad energética y frenar el robo de combustibles en el país.
El centro integra más de 578 cámaras distribuidas estratégicamente y drones, capaces de transmitir imágenes en vivo y generar registros confiables. A ello se suma un software interactivo para el análisis de datos, que facilita la toma de decisiones y la reacción inmediata ante incidentes.
La combinación de vigilancia tecnológica, patrullaje aéreo y personal especializado bajo protocolos de seguridad de alto nivel no solo busca disuadir la actividad criminal, sino también reducir la capacidad operativa de las redes delictivas que se benefician de este delito.
El personal de seguridad opera con cámaras corporales, dispositivos de comunicación cifrada y procedimientos estandarizados, lo que garantiza que cada intervención quede documentada, se realice de forma segura y minimice los riesgos tanto para los operadores como para la población cercana.
La sala también cuenta con un centro de comando de crisis, diseñado para coordinar acciones internas y externas en situaciones críticas. Este espacio permite tomar decisiones rápidas y fundamentadas, reforzando la gestión integral de la infraestructura energética nacional.
“Con esta sala de monitoreo estamos dando un salto histórico en la protección de los combustibles. No se trata solo de vigilar, sino de anticiparnos, coordinar de manera más efectiva y enviar un mensaje claro de que Costa Rica está preparada para enfrentar el robo de combustibles con todas las herramientas necesarias”, afirmó Karla Montero, presidenta de Recope.
La modernización tecnológica se complementa con una iniciativa legal que busca cerrar vacíos normativos en torno al robo de combustibles. Entre las medidas planteadas destacan el endurecimiento de penas, la creación de la Unidad de Protección Especial de Ductos (UPED) —un cuerpo auxiliar policial adscrito a Recope— y el fortalecimiento de controles internos mediante la obligación de declaraciones juradas patrimoniales para el personal vinculado al sistema nacional de combustibles.
Recope recordó que este delito, además de generar pérdidas millonarias, representa un alto riesgo ambiental y de seguridad para las comunidades. Por ello, insistió en la necesidad de dotar al país de herramientas legales y operativas que permitan contener de manera efectiva a las redes del crimen organizado.
Con esta nueva sala de monitoreo, la empresa asegura dar un paso decisivo hacia un modelo de vigilancia integral, que combina tecnología, recurso humano y respaldo normativo para blindar los combustibles, considerados un recurso estratégico para Costa Rica.
