El 24 de febrero del 2022 fue el inicio de la invasión rusa a Ucrania, el precio promedio del crudo Brent se cotizó en $96,84 por barril, mientras que el 8 de marzo alcanzó los $127,98. Así el primer semestre de ese año fue marcado por una alta tendencia al alza.
Después de un año, al analizar los últimos doce meses se constata que el precio del barril de petróleo de la OPEP ha descendido un 12,91% y se mantiene en promedios de 75 y 82 $/bbl.
¿Cómo se explica esa disminución del promedio anual, si a principios del 2022 el precio diario del Brent y del WTI mantenían una tendencia sostenida hacia el alza, llegando a superar incluso la barrera de los 100 $/bbl?
Las fluctuaciones al alza de los primeros meses del año 2022 obedecían a factores tales como:
• El acuerdo de recorte a la producción de crudo global por parte de la OPEP+ y sus aliados, que decidieron mantener por todo un año.
• Mayor demanda de petróleo crudo en las refinerías para satisfacer el consumo creciente de sus derivados en el corto plazo, ante la apertura de las economías.
• El conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania.
• Las sanciones económicas y a las importaciones de petróleo crudo y gas natural procedente de Rusia por parte de los Estados Unidos, Inglaterra y la Unión Europea.
En nuestro país fue necesario buscar las vías para amortiguar la tendencia alcista y conseguir el menor impacto para los costarricenses; estas acciones incluyeron congelar la actualización del impuesto único a los combustibles, urgir a la Aresep a implementar el cambio de metodología para la fijación tarifaria y la eliminación de subsidios cruzados, entre otros, lo que permitió contener el impacto.
Todo este panorama empezó a cambiar después del segundo semestre del 22, debido principalmente a cambios que se vivieron ante las expectativas inflacionarias, la posibilidad de una recesión económica a nivel global, sumado a la llegada del huracán Ian a las Costa del Golfo Estados Unidos y el endurecimiento de la posición del gobierno chino de cero tolerancia al Covid 19 y sus mutaciones, se desencadenó una presión que provocó la caída en los precios.
Las acciones de Recope, sumado al nuevo panorama de precios a nivel global, permitió concretar antes de finalizar el 2022, siete rebajas consecutivas que beneficiaron a los costarricenses.
Precios de referencia internacional
Aunque el país no importa petróleo, sino producto terminado, para Costa Rica es importante dar seguimiento al comportamiento de los crudos de referencia, específicamente al WTI y el Brent, así como de algunos de sus derivados, los cuales son el referente para la gestión de compra de RECOPE; de igual forma se debe considerar la cesta de la OPEP, que es el promedio al que se venden los petróleos producidos por los países miembros de la organización.
La cesta OPEP es utilizada como punto de partida y mueve también las cotizaciones para las referencias que se utilizan en las bolsas de valores del mercado mundial, donde se definen las transacciones en papel para mercados a futuro.
La OPEP, Organización de Países Exportadores de Petróleo, controla casi el 50% de la producción de petróleo del mundo y tiene como objetivo proteger los precios del petróleo. Por tanto, sus decisiones influyen de forma definitiva en los precios del petróleo, pues son los que determinan mediante acuerdos, el incremento o disminución de la producción, es decir, de la oferta.
Perspectivas 2023
¿La situación del primer semestre del año 2022 se podría repetir? La OPEP+ y sus aliados mantienen lo acordado para el recorte en la producción de crudo a nivel global, así mismo continúan las sanciones implementadas por Estados Unidos y la Unión Europea ante el conflicto entre Ucrania y Rusia, mientras la demanda de productos refinados sigue creciendo, tres factores que provocaron en 2022 un jalón hacia arriba en los precios del petróleo y sus derivados, que fue atenuada sólo por situaciones coyunturales entre ellas las condiciones climáticas antes indicadas y la evolución de la pandemia por Covid-19 en China.
Sin embargo, las expectativas sobre cómo se comportará el mercado petrolero en el 2023 son reservadas, algunos analistas pronostican que el precio del WTI y del Brent estarán gravitando entre los 80 y 100 $/bbl y que la demanda diaria de petróleo crudo podría superar este año los 100 millones de barriles diarios de producción, mientras que la OPEP+ ya anunció que mantendrá el acuerdo de recortes hasta el fin del año 2023; el escenario real va a depender en gran medida de cómo evolucione el conflicto entre Rusia y Ucrania y la recuperación económica de China, India y Occidente, esperada para el segundo semestre de ese año, que puede hacer variar la posición actual de la OPEP.
NOTICIAS RELEVANTES DE LA SEMANA
Petróleos Mexicanos (Pemex) ha tenido que sumar los condensados extraídos de los campos Tupilco, Quesqui e Ixachi para aumentar el volumen de la producción, que cayó un 0.24% o 4 mil barriles diarios durante el mes de enero frente a lo registrado en 2022. La caída en los niveles de producción nacional de petróleo se debió a un menor bombeo por parte de Pemex y los operadores privados. Sin embargo, al sumar la producción de condensados, los niveles de extracción de la petrolera nacional se incrementan en casi 53 mil barriles por día.
Las tuberías de los oleoductos y el poliducto que transportan el petróleo y derivados en Ecuador están afectadas desde el 22 de febrero, tras el colapso del puente sobre el río Marker, en la provincia de Napo.
El petróleo de referencia WTI de Estados Unidos sube un 2 % tras haber caído la víspera un 3,2 %. Las fluctuaciones constantes obedecen a un ambiente en el que se entre mezclan las informaciones bajistas como el miedo a una recesión si la Reserva Federal de EEU. UU. continúa con su política de subida de tipos o el aumento de los inventarios de petróleo en Estados Unidos la semana pasada, así como las expectativas de que Rusia reduzca sus exportaciones de crudo.
Análisis de la resolución final del Parlamento Europeo, según la cual se prohibirá comercializar vehículos de combustión incluídos los de gasolina, diésel e híbridos a partir del 2035, o sea dentro de 12 años. La nueva norma forma parte del paquete climático que la Unión Europea quiere impulsar en esta legislatura para reducir al menos en un 55% las emisiones contaminantes del bloque en el horizonte de 2030 (respecto a 1990).